Presenciales o virtuales, ¿cómo es posible que las reuniones ocupen tantísimas horas de trabajo, y sean tan incómodas, tan frustrantes, tan pesadas y tan improductivas? Sólo hay que estudiarlas para darse cuenta del por qué. Todo el mundo tiene experiencia directa de lo que representa una reunión de trabajo, y de cómo la proliferación de estas reuniones pesa en el día a día, acabando por convertirse en una carga. Sí, hay que coordinarse, y hay que discutir diferentes aspectos del trabajo pero, ¿no hay otro medio que consuma menos tiempo y energías? Seguramente a muchas personas no les costará reconocer una serie de patrones nocivos en muchas de las reuniones a las que asisten: Una ineficaz pérdida de tiempo Por …